Un hombre va en busca de una herencia a la patria de sus
padres, Croacia, en las postrimerías de
la Guerra de Independencia, hace 20 años.
En Konavle, se encontrará con su
principal contendiente: el que ha vivido siempre allí. Llevará consigo un
protagonista que en una locura casi quijotesca será su otro
válido, su cómplice que lo hará un fragmento de literatura entre viñedos y
muros medievales.
Apuntes y expedientes reflejarán el acoso y el deseo del crimen.
Un
crimen aún por develar, pues ocurrió en
un instante en que no había testigos.
Cuando llegó, nadie ignoraba que venía allende
ese mar que le había arrancado la mitad de
sus pobladores.
¿El crimen del mar? ¡Qué ironía!
El era un fragmento más de la prueba de ese crimen.