miércoles, 9 de septiembre de 2015

Nota sobre la función del 05/09 en Areco por Gabriel Eterovich



APUNTES DE KONAVLE

El hijo de un inmigrante croata vuelve a la tierra de sus ancestros a… y acá viene la primera gran polisemia de esta pieza de Ivo Kravich… retorna a Croacia  por encontrar sus orígenes, su sangre, su cultura, los espacios en donde crecieron sus padres o / y … también por cobrar una herenciacuantiosa en dinero – antes que se la “birlen” sus primos…  

Desde el punto de vista de la estética teatral la pieza se resuelve con un ascetismo tanto de personajes como escenográfico, utilizando el recurso contemporáneo del vídeo  para que el espectador “comprenda” los sostenes, angustias y “martilleos de pájaro carpintero” que sufre el protagonista. Con la cruenta guerra Serbo-Bosnio-Croata de mediados de los noventa como contexto histórico la pieza renueva muy al estilo Kravich dos paradigmas de la condición humana: la Envidia y la Ambición. Los croatas somos eslavos pero “atravesados al fin” por la cultura latina, desde la religión en quienes se quedaron allá y hasta con el lenguaje para los que eligieron la diáspora sudamericana… el recelo de los que eligieron No Venir hacia la fortuna –siempre exagerada- de los que se habían arriesgado al viaje por hacerse “la América” por un lado…y el desdén de los indianos por los tíos, primos, hermanos y abuelos que habían quedado a orillas del Adriático por el otro.

En la vida real (y en las piezas teatrales casi testimoniales) la plata la consiguen, la sostienen y la acaparan quienes, la mayoría de las veces hasta sin reparar en escrúpulos, van a por ella, no hay resquicios ni filtraciones para aquellos que  se dan el lujo, aunque sea, part-time por la bohemia o la poesía… y el personaje de Apuntes de Konavle se “excede” en romanticismo (no en vano se ampara en don Alonso Quijano).
       
Para los descendientes de croatas es una obra de visión imprescindible, en tanto y en cuanto vemos reflejados, al menos, alguna que otra conversación y/o vicisitud que han atravesado o hemos atravesado al volver –aunque a título de inocentes turistas – a la casa donde vivieron nuestros abuelos o bisabuelos antes del “gran viaje” . Ivo no se burla desfachatadamente como lo harían Moliere o Enrique Pinti, tampoco deja la historia librada a un sinsentido como si la vida toda fuese así (Beckett- Ionesco)… más bien, ya en las dos partes de su cerebro ha “fluído” sangre rioplatense y entonces “Apuntes de Konavle” resuma aromas discepolianos, de cualquiera de los brothers  aunque el tango Uno de don Enrique podría aproximarse más… de esto cuenta una de las últimas escenas, en donde el protagonista siente en verdad una mea culpa al leer la carta de su tía. La sangre, al  fin, pareciera ser ,  siempre  guarda un espacio-tiempo de redención.  
  
En el excelentísimo filme turco “Sueños de Invierno” de Nury Bilge Ceylán se le hace decir al protagonista: “Una vez me dijo Omar Shariff ´Un actor debe ser Honesto ´”. Ivo Kravich lo es.      
  
La gratitud, entonces para el actor-dramaturgo  por tener la valentía de “enseñarnos  el puente” de las familias que Adriático-Mediterráneo y Atlántico mediante pasaron a ser Dos Familias(los “de allá” y “los de acá”) y sus lazos, ya, muy entrecortados, siempre nos avergonzó  mostrar.
                                                                                                                                              Gabriel Eterovich