APUNTES
DE KONAVLE
El
hijo de un inmigrante croata vuelve a la tierra de sus ancestros a… y acá viene
la primera gran polisemia de esta pieza de Ivo Kravich… retorna a Croacia por encontrar sus orígenes, su sangre, su
cultura, los espacios en donde crecieron sus padres o / y … también por cobrar
una herenciacuantiosa en dinero – antes que se la “birlen” sus primos…
Desde
el punto de vista de la estética teatral la pieza se resuelve con un ascetismo
tanto de personajes como escenográfico, utilizando el recurso contemporáneo del
vídeo para que el espectador “comprenda”
los sostenes, angustias y “martilleos de pájaro carpintero” que sufre el
protagonista. Con la cruenta guerra Serbo-Bosnio-Croata de mediados de los
noventa como contexto histórico la pieza renueva muy al estilo Kravich dos
paradigmas de la condición humana: la Envidia y la Ambición. Los croatas somos
eslavos pero “atravesados al fin” por la cultura latina, desde la religión en
quienes se quedaron allá y hasta con el lenguaje para los que eligieron la
diáspora sudamericana… el recelo de los que eligieron No Venir hacia la fortuna
–siempre exagerada- de los que se habían arriesgado al viaje por hacerse “la
América” por un lado…y el desdén de los indianos por los tíos, primos, hermanos
y abuelos que habían quedado a orillas del Adriático por el otro.
En
la vida real (y en las piezas teatrales casi testimoniales) la plata la
consiguen, la sostienen y la acaparan quienes, la mayoría de las veces hasta
sin reparar en escrúpulos, van a por ella, no hay resquicios ni filtraciones
para aquellos que se dan el lujo, aunque
sea, part-time por la bohemia o la poesía… y el personaje de Apuntes de Konavle
se “excede” en romanticismo (no en vano se ampara en don Alonso Quijano).
Para
los descendientes de croatas es una obra de visión imprescindible, en tanto y
en cuanto vemos reflejados, al menos, alguna que otra conversación y/o
vicisitud que han atravesado o hemos atravesado al volver –aunque a título de
inocentes turistas – a la casa donde vivieron nuestros abuelos o bisabuelos
antes del “gran viaje” . Ivo no se burla desfachatadamente como lo harían
Moliere o Enrique Pinti, tampoco deja la historia librada a un sinsentido como
si la vida toda fuese así (Beckett- Ionesco)… más bien, ya en las dos partes de
su cerebro ha “fluído” sangre rioplatense y entonces “Apuntes de Konavle”
resuma aromas discepolianos, de cualquiera de los brothers aunque el tango Uno de don Enrique podría
aproximarse más… de esto cuenta una de las últimas escenas, en donde el
protagonista siente en verdad una mea culpa al leer la carta de su tía. La
sangre, al fin, pareciera ser , siempre guarda un espacio-tiempo de redención.
En
el excelentísimo filme turco “Sueños de Invierno” de Nury Bilge Ceylán se le
hace decir al protagonista: “Una vez me dijo Omar Shariff ´Un actor debe ser
Honesto ´”. Ivo Kravich lo es.
La
gratitud, entonces para el actor-dramaturgo por tener la valentía de “enseñarnos el puente” de las familias que
Adriático-Mediterráneo y Atlántico mediante pasaron a ser Dos Familias(los “de
allá” y “los de acá”) y sus lazos, ya, muy entrecortados, siempre nos avergonzó
mostrar.
Gabriel Eterovich